Propuestas e implicancias de la elección directa de autoridades unipersonales en la UNC
El miércoles 5 de octubre se realizó en la Facultad de Artes una jornada para informar y debatir sobre la elección de rector y vicerector, decanos y vicedecanos, que será tratada en la próxima Asamblea Universitaria y que tiene una crucial importancia para nuestra facultad y toda la comunidad educativa.
A lo largo de la jornada de información y debate que se realizó el pasado miércoles en el Pabellón Haití, integrantes y representantes de la comunidad de la Facultad de Artes expusieron y analizaron las implicancias que tendría la elección directa de autoridades unipersonales en la UNC, en función de las propuestas que hasta ahora se conocen y que serían tratadas próximamente en la Asamblea Universitaria. La actividad contó con la presencia de la Decana de la Facultad de Artes, el Decano de Facultad de Filosofía y Humanidades, Consiliarios Docentes, Consejeros Estudiantiles y representantes del Centro de Estudiantes de nuestra institución. Además participaron distintos integrantes de la comunidad educativa y agrupaciones estudiantiles.
Compartimos aquí un artículo escrito por la decana de la Facultad de Artes Myriam Kitroser, donde se expone parte de la información expuesta en la jornada sobre este tema, que tiene profundas implicancias para toda la comunidad educativa y, en particular, para la representatividad de la Facultad de Artes en el marco de la UNC.
UNC: dilemas de la elección directa
Por Arq. Myriam Kitroser, decana de la Facultad de Artes
El debate por la elección directa
Hoy el sistema de elección en la Universidad Nacional de Córdoba es indirecto, tal como está establecido en su Estatuto. Tanto rector y vicerrector como decano y vicedecano son elegidos por los cuerpos colegiados integrados por representantes de todos los estamentos de cada una de las facultades. En el caso del rector y vicerrector la elección se realiza en el ámbito del máximo organismo de gobierno de la universidad: la Asamblea Universitaria conformada por todos los Consejos Directivos. Por su parte, decanos y vicedecanos son elegidos en sesión especial por los consejos directivos de cada Facultad.
La comunidad universitaria de la UNC reconoce, en general, que la elección directa es un mecanismo más democrático que el actual para designar autoridades unipersonales. El voto directo amplía las bases de legitimidad de las autoridades electas ya que se requiere la definición de fórmulas electorales con programas de gobierno que los candidatos deben comunicar, transparenta la discusión de las propuestas y de los proyectos universitarios de cada fórmula, e invita a la totalidad de los integrantes de la comunidad universitaria a involucrarse en el destino de la institución.
La elección directa implica la puesta en marcha de distintos mecanismos para consensuar con todos los implicados. En numerosas oportunidades se intentó replantear el sistema de elección sin llegar a un acuerdo, por lo que se debió posponer en diferentes circunstancias el indispensable llamado a la Asamblea Universitaria, única posibilidad de modificar los artículos necesarios del Estatuto Universitario. El tema se ha instalado nuevamente y, por la importancia que reviste y por sus derivaciones políticas, merece difundirse para que la sociedad en su conjunto conozca los diferentes modelos que hasta ahora se han planteado.
Si bien se ha creado recientemente una comisión especial en el HCS para recoger y hacer conocer las distintas propuestas, los sistemas que la prensa ha difundido hasta ahora, se han polarizado en dos posiciones concretas: una elección directa con simple ponderación y una elección directa con doble ponderación.
La ponderación y el lugar de las distintas facultades
La ponderación significa asignar a algo un valor relativo. En nuestro caso, las grandes diferencias en los tamaños de los claustros universitarios hacen necesario ponderar el voto de cada estamento para igualar su peso relativo. Un ejemplo de ello es la conformación de los Consejos Directivos que están ponderados de la siguiente manera: 50% de representantes docentes, 33% de representantes estudiantiles, 11 % de representantes de egresados y 6% de representantes no docentes. En cifras concretas estos porcentajes implican 9 docentes, 6 estudiantes, 2 egresados y un no docente sentados junto al decano en el Consejo Directivo de cada Facultad formando un cuerpo de 19 personas.
En el caso del sistema de doble ponderación se agregaría una instancia más. Una vez que la comunidad universitaria se haya pronunciado en cada una de sus facultades los votos se someten a una igualdad de oportunidades para todas las facultades. En el siguiente gráfico se puede apreciar las diferencias entre ambos sistemas en cuanto a la participación de cada Facultad.
Como puede observarse, para la Facultad de Artes, al igual que todas las facultades de menor tamaño, presupuesto e infraestructura, la aprobación de un sistema de ponderación simple tendría profundas consecuencias en cuanto a su nivel de representatividad dentro de la universidad. La necesidad de equiparar a todas las facultades en su participación dentro de la universidad es esencial si se considera a las mismas como expresiones institucionales y políticas de una comunidad epistémica, donde la condición igualitaria se basa en el vínculo disciplinar que congrega a sus claustros y en el conocimiento que allí se produce.
Hoy, solo 10 universidades de un total de 45 instituciones han modificado la elección de autoridades unipersonales. Estas son Santiago del Estero, Río Cuarto, La Pampa, Salta, San Juan, Luján, Villa María, Misiones, San Luis y Cuyo. En la mayoría de estas universidades, a cada facultad le corresponde la misma participación en la elección de las autoridades universitarias independientemente de la cantidad de docentes que presten servicio en ella o estudiantes que cursen las carreras a su cargo.
Aunque todos coincidan en la búsqueda de un sistema electoral más democrático, las diferentes propuestas sobre elección directa que se debaten hoy en la UNC están sustentadas en distintos posicionamientos políticos e ideológicos. Cada una de ellas pone en juego modelos de universidad que pueden o no ser adecuados a una institución con las características de la Universidad Nacional de Córdoba donde la disparidad en tamaño, presupuesto e infraestructura está arraigada.
