En defensa de la educación, los mecanismos democráticos y el diálogo
La Lista Perspectiva Artes y el equipo de gestión de la Facultad de Artes manifestamos profunda preocupación y rechazo a que se efectúen imputaciones penales por parte de la Justicia Federal a estudiantes por su participación en la toma del Pabellón Argentina.
A 35 años de democracia y en un contexto de abandono de políticas públicas garantistas en materia de derechos humanos, la protesta social es una legítima manera de manifestarse con libertad y de reivindicar nuestros derechos.
En el marco de la crítica situación que atraviesan las universidades públicas a partir del desmantelamiento de ministerios relacionados -como el de ciencia y técnica, cultura, salud y trabajo-, de una inflación corrosiva, de quitas de programas específicos y de recortes al presupuesto, los/as docentes, no docentes, estudiantes y egresados/as llevamos adelante diversas acciones en defensa de la educación. Clases públicas, intervenciones artísticas, paros, tomas, marchas, pronunciamientos públicos, son maneras de participar y visibilizar las luchas por un presupuesto acorde a las necesidades de la educación pública, gratuita, inclusiva, laica y de calidad.
En este sentido, desde la Facultad de Artes procuramos trabajar de modo participativo, con consenso, ampliando la inclusión, en favor del compromiso educativo y social, recordando que la educación superior es un derecho humano y un bien público y social y que el Estado tiene el deber fundamental de garantizarlo.
Creemos que es justamente en momentos de crisis cuando más se necesita que la universidad pública sostenga y fortalezca sus mecanismos democráticos y promocione y refuerce el dialogo como modo de establecer acuerdos y tramitar diferencias entre las diversas manifestaciones políticas y sociales que en nuestra comunidad conviven. La Universidad Nacional de Córdoba dispone de numerosos canales e instancias institucionales para hacerlo.
A 100 años de la Reforma son muchos los dolores que nos quedan y los derechos que debemos proteger. Por eso, quizás, el manifiesto sigue teniendo la contundencia de la palabra precisa hoy cuando dice: “En adelante solo podrán ser maestros en la futura república universitaria los verdaderos constructores de alma, los creadores de verdad, de belleza y de bien”.
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