Premio Cultura 400 años a Liliana Porter: “El arte es una tabla de salvación”
La referente del arte contemporáneo recibió esta importante distinción en un acto a sala llena en el CePIA de la Facultad de Artes, en reconocimiento por el carácter reflexivo, humanista y plural de su obra que confronta con las imágenes banalizadas de la globalización.
La artista Liliana Porter recibió este martes 2 de agosto el Premio Universitario Cultura 400 años en el Auditorio del CePIA de la Facultad de Artes, que propuso reconocer los aportes de esta referente del arte contemporáneo con la distinción que otorga la Universidad Nacional de Córdoba. Estudiantes, egresados, docentes, artistas y público en general colmaron la capacidad de la sala durante el acto de homenaje, que contó con la presencia de la decana de la FA, Myriam Kitroser y el subsecretario de Cultura de la UNC Pedro Sorrentino, quien fue el encargado de entregar el galardón. Este jueves, Porter inaugurará una muestra en el Museo Emilio Caraffa y el viernes brindará una charla sobre su obra y su poética en la Facultad de Artes (Ver información de la charla aquí)
Luego de la proyección de un video sobre Porter realizado por el canal TV5 Canal Escuela, la docente y especialista en historia del arte Cristina Roca trazó un recorrido por la vida y la obra de la artista y explicó los motivos que llevaron a otorgarle esta importante distinción. En ese marco, rescató su mirada interdisciplinaria del arte, que no sólo implica el uso de grabados, dibujos, instalaciones, video y teatro, sino una exploración de la literatura (Borges, Cortázar, Lewis Carroll) con el fin de alimentar mundos imaginarios.
“Porter propone pequeñas situaciones insólitas, capaces de atrapar y alimentar las subjetividades más diversas”, agregó Roca y describió sus últimas instalaciones, en las que figuras pequeñísimas ofician de jardineros, amas de casa, albañiles que arreglan y limpian lo destruido y lo sucio en un montaje de tamaño desmesurado comparado con los personajes. “Esa situación conmueve por las desiguales dimensiones entre los trabajadores y lo que tienen que hacer, pero también por el grado de caos de los objetos devenidos amenazantes, siniestros, aunque los hombrecitos y las mujercitas están empeñados en arreglarlo, en restaurarlo, lo cual denota la procedencia generacional utópica de Porter”, explicó la docente de la FA.
Y concluyó: “Porque sus recorridos han polinizado intercambios que exceden los límites de las fronteras, enriqueciendo la cultura latinoamericana, porque su obra se muestra profundamente reflexiva, humanista, plural y abierta a múltiples lecturas más allá de las apariencias, confrontando directa o indirectamente con la invasión de imágenes banalizadas y explícitas de la globalización, porque obra y trayectoria demuestran su capacidad de formular preguntas antes que respuestas, por su permanente actitud de asombro e indagatoria frente al mundo, porque con esa actitud abre nuevos espacios de pensamiento desde el arte, la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba ha propuesto otorgar este Premio 400 años a Liliana Porter”.
Luego de recibir el galardón, Liliana Porter habló ante el público y destacó que el hecho de vivir desde hace más de 50 años en Nueva York vuelve doblemente significativo este reconocimiento otorgado en su propio país. La artista realizó un breve relato de momentos de su vida, destacó el modo en que el arte y la literatura estuvieron presentes en su ambiente familiar, y el modo en que impactó en su mirada y sus creaciones el haber vivido en México, país donde se trasladó antes de instalarse en Estados Unidos: “Fue una experiencia que me ayudó a darme cuenta que no existe una única realidad”. Al mismo tiempo, Porter remarcó la importancia de mantener la propia identidad, una voluntad que ha practicado durante décadas y que se ha constituido en uno de los rasgos característicos de su obra y su trayectoria.
“El arte es un acto de fe: para hacer arte uno necesita creer que tiene sentido seguir experimentando, que ese camino es el que nos mantiene sanos. Para mí el arte es una tabla de salvación”, expresó ya en el último tramo de su discurso. “Una obra está bien cuando genera otras ideas, ideas que lleven a la felicidad”, dijo, y recordando con emoción las palabras que escuchó de un amigo de los asesinados recientemente en la masacre de una discoteca de Orlando, concluyó diciendo: “La felicidad es la más alta forma de la rebelión”.
Breve BIO de Liliana Porter
Grabadora, fotógrafa, videasta, directora teatral y docente universitaria, realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes Manuel Belgrano de Buenos Aires y en la Universidad Iberoamericana de México, especializándose en grabado. Aunque reside desde 1964 en Nueva York, ha tenido contacto permanente con América Latina y en particular, con Argentina, constituyéndose en un referente indiscutido del arte contemporáneo.
Co‐fundadora y docente del New York Graphic Workshop entre 1965 y 1970 junto al uruguayo Luis Camnitzer y al venezolano José Guillermo Castillo, estableció y expandió allí un profundo espíritu de experimentación, cuestionando las fronteras entre realidad y representación, la ambigüedad de lo visible, los juegos entre lo real y lo virtual, entre otras cuestiones. Problemáticas todas que ha ido tratando en sus obras desde entonces. Es Académica Correspondiente de Argentina desde 2003 y Académica Correspondiente de Argentina para Los Estados Unidos desde 2009.
A lo largo de casi 60 años de trabajo, Liliana Porter ha producido una obra expuesta en los más destacados museos y galerías del mundo. Obra por la cual ganó los más importantes premios, bienales, concursos y becas. Sus trabajos están en las principales colecciones públicas y privadas.
Fotografías: Christian Paleari (RDA CePIA).
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